Ahora, en la década del 2010, estamos empezando a vivir una extraordinaria transformación en los sistemas de control:
- en los indicadores, cada vez menos financieros y más cualitativos,
- en los sistemas de información, con el avance de las nuevas tecnologías y, en especial, con el espectacular desarrollo de la Enterprise 2.0, y el impacto de la utilización de las redes sociales en los sistemas de información, y
- en los incentivos, cada vez menos centrados en la retribución financiera y más basados en la calidad de las relaciones personales, el ambiente de trabajo y la orientación hacia la confianza y el compromiso.
Por otro lado, con la emergencia de la sociedad del conocimiento, hay una creciente necesidad de incorporar nuevos modelos que permitan a las empresas sobrevivir en contextos confusos e inciertos como los actuales.
Por ello, no es nada sorprendente que se haga necesario desarrollar nuevos modelos en los que la intuición y la creatividad ocupen un lugar cada vez más relevante y se de una creciente importancia a lo emocional y lo subjetivo, siendo necesario centrarse en las personas, en sus sentimientos y emociones, asumiendo una nueva perspectiva más subjetiva y menos financiera.
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