Un ejemplo de este tipo de compañía es una entidad financiera / de seguros o de externalización de servicios. Este tipo de entidades identifican necesidades de clientes y diseñan un producto financiero o servicio para satisfacer la necesidad de su potencial cliente.
Las necesidades de información de un controller financiero son muy diferentes, ya que van a depender de si la compañía es una entidad financiera, aseguradora o de servicios.
Lo más importante en este tipo de perfil es analizar la rentabilidad o no de la comercialización de estos productos o servicios, siendo el coste de personal el más importante para la empresa. El cálculo de la rentabilidad de un servicio, ya sea financiero o no, es complicado de establecer, ya que en él intervienen muchos factores (como por ejemplo, el tiempo que el trabajador emplea en realizar el servicio o en vender el producto financiero). Por ello es necesario estandarizar lo máximo posible la prestación del servicio sin perder de vista la calidad en la atención al cliente, ya que es el principal activo de la empresa junto con los trabajadores. Las compañías que han logrado una mayor estandarización de sus servicios son las entidades financieras y aseguradoras.
Una función que diferencia el controller de entidades financieras del resto de controllers es la necesidad de reporting a organismos externos de control establecidos por Ley, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España.
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Aparte de las funciones específicas de estos tres tipos de controllers, es importante no olvidar que hay funciones que comparten independientemente del tipo de compañía en la que trabajen. Generalmente esta funciones son:
- Elaboración de los presupuestos globales.
- Análisis de las desviaciones.
- Establecimiento de procesos internos.
- Evaluación del control interno.
- Cuadro de Mando.
- Reporting a la Dirección y al Consejo de Administración.
Es esencial destacar las diferencias de funciones entre controllers a la hora de reclutar este tipo de perfiles. El objetivo es que el perfil que se incorpora a la compañía se adapte en el menor tiempo posible a sus funciones, minimizando los costes de formación y maximizando la eficiencia en la incorporación. Esto garantiza la continuidad de la obtención de los datos y análisis que ayudan a la toma de decisiones para la empresa, ya que son necesarios para aportar una visión estratégica en un entorno cada día más competitivo.
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