La mayoría de los programas de reducción de costes que intentan implantarse en las empresas no logran conseguir sus objetivos dando resultados sólo a corto plazo. Por ello, responsables financieros, de compras y administración se preguntan dónde se está fallando, en qué áreas deben trabajar y cómo preparar a su empresa para ser rentable frente a un periodo de recesión.
Los sistemas de gestión de cada compañía suelen ser complejos y difíciles de simplificar, lo cual hace que si una organización quiere realmente reducir sus gastos, debe involucrar a todos los departamentos y unidades que la componen. Éstos deben adaptar su trabajo al contexto actual reduciendo costes, aplicando medidas especiales junto a una filosofía de contención del gasto. Sin embargo, muchas de estas políticas no suelen funcionar porque no todos los empleados están concienciados de la importancia de un uso racional y eficaz de los recursos. A esto se une que la cultura de control de gastos debe de crearse a nivel general, no sólo en épocas de crisis, ya que si no, está abocada al fracaso.
